Ex presidente peruano vincula origen étnico y pobreza
(Sarah Moore, The Stanford Daily, 09.05.12) “Hay una alta correlación entre pobreza y origen étnico", dijo Alejandro Toledo, ex presidente de Perú, en una conferencia realizada el martes en el Salón Encina de la Universidad de Stanford."No es una coincidencia que las personas más pobres en América Latina sean descendientes de indígenas o afro descendientes. Es por eso que creo que la iniciativa de esta conferencia tiene una enorme aplicación. No es sólo un ejercicio académico - es algo muy concreto".
Toledo, quien fue presidente de Perú desde el 2001 a 2006, dio el discurso inaugural de una conferencia "Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas de América Latina", que buscó explorar cómo las condiciones de los pueblos indígenas de la región pueden mejorar. Toledo inició su intervención analizando la situación económica de América Latina y resaltó cómo, a pesar del crecimiento económico global, la brecha de pobreza entre los indígenas y los ricos sigue aumentando. "Una de las ventajas más grandes que, en mi consideración, tiene América Latina, es nuestra diversidad cultural", dijo. "La diversidad cultural no es nuestra debilidad. Es nuestra fortaleza”. "Si somos capaces de construir sobre esta idea, entonces podremos crear una sociedad cohesionada, podremos reducir los conflictos sociales y asegurar la sostenibilidad del crecimiento económico", continuó Toledo. "Y la renta, que se deriva de este crecimiento, podremos invertirla en la mente de nuestro pueblo".
A su turno, su esposa, Eliane Karp-Toledo, antropóloga y economista, se explayó sobre la cultura indígena y su forma de vida, durante una presentación en la sesión vespertina. Habló de cómo y por qué los pueblos indígenas deben participar con sus gobiernos locales y nacionales. "Proponemos que la inclusión social y la igualdad de ciudadanía son factores clave para el buen gobierno", dijo Karp-Toledo. "La cosmovisión indígena tiene que ser respetada e integrada en las políticas públicas". Según Karp-Toledo, la prensa moderna y los medios de comunicación, siguen produciendo imágenes negativas de los indígenas, presentándolos como gente menos civilizada que no puede reconocer el progreso ni lo que es mejor para ellos. Dijo que esta mirada hace más difícil que puedan ser tomados en serio por sus gobiernos.
Una asistente a la conferencia, Diana Martín, residente de Palo Alto, dijo que estaba intrigada por la idea de introducir a los indígenas en la educación moderna y en los mercados. "Existe la sensación de atraer a los indígenas a la cultura corporativa si los educas", dijo Martin. "Enseñarles a usar computadoras y teléfonos celulares puede ser un dilema, ya que podría destruir su cultura tradicional".
Nadejda Marques, directora del Programa de Derechos Humanos, propuso la idea de la conferencia desde el inicio. La Sra. Marques dijo que considera que los asuntos relacionados con la población indígena en América Latina son aplicables en todo el mundo, incluso en los Estados Unidos, donde los nativos americanos tienen que luchar por su soberanía.
"Proporcionar información y crear conciencia es, sin duda, uno de los objetivos de la conferencia, pero nosotros también queríamos crear un impulso para los investigadores en materia de derechos indígenas, y esto no es necesariamente específico para América Latina", dijo Marques. "Es tanto multidisciplinario como transnacional."
Durante toda la jornada hubo cinco sesiones con paneles integrados por dos o cuatro oradores cada uno, quienes han publicado documentos sobre el tema de la conferencia. Los paneles presentaron diversos aspectos, como la salud infantil indígena, los derechos de propiedad y la relación con el cambio climático. El Centro para la Democracia, el Desarrollo y el Estado de Derecho se asoció con el Programa de Derechos Humanos y el Centro de Estudios de América Latina y los Alumnos para un mundo sostenible de Stanford para organizar el evento. El Programa de Derechos Humanos tiene previsto publicar los trabajos académicos de los oradores del evento en su sitio web.
Texto en inglés: http://www.stanforddaily.com/2012/05/09/1065850/